PARA EMPRENDER HAY QUE RESPONDER ESTA CUESTIÓN: ¿QUIÉN SOY YO?

PARA EMPRENDER HAY QUE RESPONDER ESTA CUESTIÓN: ¿QUIÉN SOY YO?

 

Don Quijote de la Mancha, empieza su andadura extraviado. El héroe de la mejor novela española de nuestra historia literaria va a emprender un camino que marcará las características un hombre, valiente y orgulloso de sí mismo. Ante la situación de incertidumbre que va a iniciar se pregunta: “¿Quién soy yo?” Esto puede parecer muy filosófico pero todos en nuestra madurez nos hemos hecho esta pregunta.  Esta cuestión tiene una respuesta compleja pero si se desentraña la solución habremos ganamos mucho tiempo para comenzar a proyectar la persona queremos ser que en el futuro.

 

Con este personaje literario hacemos un símil porque el autoconocimiento es fundamental para emprender. Una estrategia clave de negocio es el autoconocimiento personal y profesional. Teniendo claras las fortalezas y las debilidades, en qué soy bueno y en qué necesito mejorar, qué cosas me gustan y cuáles no me gustan, qué disfruto y qué me tortura…podré responder más fácilmente a la pregunta que ya se hacía el hidalgo Don Quijote.

 

Si se quiere iniciar un proyecto, en algunos casos sólo la idea de negocio no es suficiente razón para emprender. Hay que tener muy claro cuáles son los espacios donde más necesito refuerzo y tener claro qué puedo hacer mejor por mi cuenta. Si no tenemos esto claro, el negocio puede llegar rápido a un túnel sin salida.

 

Si estás pensando en emprender o ya iniciaste tu proyecto, debes empezar este proceso reflexivo YA.

 

Cuando decides emprender un negocio personal, se generan muchos molinos de viento: miedos e incertidumbre. Por eso el autoconocimiento en tu modelo de negocio personal es determinante para entender cuál es el camino que vas a recorrer en todo el proceso de emprendimiento, la idea de negocio pasa a un segundo plano que quizás más adelante se termine modificando en su totalidad o parcialmente.

 

Recuerda que conocerse a uno mismo para crear un modelo de negocio y trabajar la marca personal es estar expuesto a la vulnerabilidad, es tomar riesgo y estar abierto a recibir nuevas oportunidades.

 

Para iniciar este proceso de autoconocimiento, te dejo con un reto, donde pondremos en práctica otras habilidades como la inteligencia emocional (al aceptar críticas constructivas) y empatía (al lograr un compromiso en las conversaciones).

 

Aquí os proponemos un ejercicio que os puede ayudar a resolver la cuestión inicial sin sentirse solo, porque hasta El Quijote necesitó a Sancho Panza para conseguir su destino, pues de igual forma, la colaboración externa cuando se emprende un camino empresarial, es también importante.

 

Escoge a 3 personas muy cercanas, que te conozcan muy bien (así como tú a ellos) puede ser un familiar o un amigo/a.  Cada una de estas personas conocen un lado diferente tuyo, pues en cada uno de nuestros diferentes roles ponemos en práctica diferentes competencias. A estas personas les preguntaremos:

 

1.            Descríbeme en un par de frases.

2.            ¿Cuáles consideras son mis debilidades u oportunidades de mejora?

3.            ¿Cuáles consideras son mis mayores virtudes o fortalezas?

 

Con las respuestas se hará un cuadro, para empezar a  hacer un análisis personal y saber dónde encaminar tus potencialidades, llevar al máximo tu talento. Asimismo,  aprende de tus debilidades y amenazas para enfrentarte con inteligencia y actitud ante situaciones de estrés.

 

Teniendo este primer paso resuelto nos encaminaremos al segundo: diseñar un plan de ruta estratégico acorde a mis intereses y logros.