LAS “LOW COST”, INVERSIONES BAJAS, SEGURAS Y RENTABLES

Las denominadas “franquicias baratas” han ganado popularidad en la última década debido a la situación económica que afrontaba el país. Las “franquicias low cost” surgieron con la crisis, pero, han llegado para quedarse.

Aunque no hay una cantidad concreta que se refiera a ese low cost de inversión (o precio reducido en español), la cifra suele estar en torno a 10.000 y 30.000 euros de gasto por parte del emprendedor a la hora de montar su franquicia.

Respecto al sector, no hay uno específico; esta ajustada inversión se potenció en muchos tipos de franquicias, siendo las marcas de moda y complementos, copistería, comercio online y telefonía móvil, las que, a día de hoy, mantienen los precios reducidos con el término “low cost” asociado a su marca. Destacan además, en los últimos tiempos, las franquicias low cost que no necesitan local o son quioscos pequeños, fáciles de ubicar. Estos  negocios han prosperado y son una opción de autoempleo con una baja inversión.

Estas franquicias pueden ser oportunidades de negocio asequibles a más bolsillos y perfiles profesionales. Lo cierto es que al necesitarse poca inversión es más fácil conseguir o tener ahorrado el dinero para invertir, esto lo hace aún más atractivo para los emprendedores que buscan un negocio donde ser autónomo con garantía de futuro.

Pero debe tenerse en cuenta otros factores, como la motivación. Es importante que te guste el negocio que vas a montar porque los contratos giran en torno a 5 años de duración y exige mucho compromiso.

Por ello destacamos que es importante que sea económico y beneficioso pero, sin olvidarse del interés, tanto del público y la acogida de ese servicio o producto en la zona donde se implante la franquicia como del propio emprendedor a la hora de estar al frente del negocio.

Por otra parte, hay que conocer los pormenores, como el importe del canon, valorar el royalty y tener claros los servicios que presta la central franquiciadora. Si no compensan, no estaremos ante una franquicia barata o rentable, aunque en líneas generales, suele ser satisfactorio para ambas partes, franquiciador y franquiciado.

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